lunes, 22 de noviembre de 2010

una promesa de vida

Yo, Guillermo Rios Ortega, me comprometo a vivir con intensidad y regocijo, a no dejarme vencer por los abismos del amor, ni por el miedo que de éste me caiga encima, ni por el olvido, ni siquiera por el tormento de una pasión contradecida. Me comprometo a recordar, a conocer mis yerros, a bendecir mis arrebatos. Me comprometo a perdonar los abandonos, a no desdeñar nada de todo lo que me conmueva, me deslumbre, me quebrante, me alegre. Larga vida prometo, larga paciencia, historias largas. Y nada abreviaré que deba sucederme, ni la pena ni el éxtasis, para que cuando sea viejo tenga como deleite la detallada historia de mis días.

1 comentario:

Anónimo dijo...

NOTABLES ANHELOS PARA CONVERTIRLOS EN PROMESAS CUMPLIDAS... O NO.
SERIA BUENO APRENDER Y APREHENDER-TE ALGO


P.D. HE DE AGREGARCOMO DATO CURIOSO, QUE AUN EN LA CAMA, A OBSCURAS Y CASI SIN VERTE; TE ACERQUE HASTA CASI TOCAR... Y TE LEI